Órbitas elípticas
Hoy te he vuelto a ver en el parque. Con ese sombrero de cowboy horrible, como de carnaval. Y la chupa de cuero. Para ser un indigente tienes unas pintas un poco raras, tengo que reconocerlo. Tu hatillo no es un pañuelo de algodón y una caña, es una bolsa de plástico con un feo anagrama corporativo, dentro sólo llevas vino en sarcófagos de cartón. Bebes y fumas en tu banco y a las seis te vas. No sé adonde. Me das un poco de pena. No me gusta que las cosas me den pena y mucho menos las personas. Es un sentimiento tan prepotente y tan autocomplaciente.
El viernes voy al médico y creo que sé lo que me va a decir. Que el poder de la química termina donde empiezan mis ganas de curarme y que el dibujo que se vea cuando termine de unir todos los puntos depende de mi y sólo de mi.
El futuro se parece mucho a una anciana diabética que come almendras garrapiñadas al sol.
1 Comments:
sencillamente perfecto...
By
Anónimo, at 9:03 p. m.
Publicar un comentario
<< Home