El otro día tuve que ir al médico. A uno de esos médicos de los que sólo se habla en voz baja o cuando estás borracho. El caso es que me pasaba una cosa que entonces me parecía rara. ¡Que equivocado estaba!.
Después de hablar con algunos amigos, para informarme sobre el mejor profesional, me decidí por Rufus Venkman. Por lo visto era el portento en su campo (como iba a saber entonces que era el único).
Acudí a la consulta y, como suele ser habitual, me hicieron esperar en una salita unos 15 minutos. Las paredes de la habitación estaban llenas hasta el techo de títulos a su nombre. Pude leer varios doctorados en medicina difícil que acabaron de disipar mis dudas, estaba seguro de haber elegido bien.
Después de hojear distraído unas revistas de numismática un enfermero disfrazado de hombre rana (más tarde pude trabar amistad con el y me aclaró que trabajaba a tiempo parcial podando corales) me invitó a pasar a la consulta.
Rufus Venkman: Buenos días, ¿Qué le ocurre?.
RyC: Buenos días…eh, esto es un poco embarazoso.
RV: No se preocupe. Lo que hablemos usted y yo no saldrá de aquí, a menos que mi editor se decida a pagarme lo que pido por mis memorias.
RyC: Siendo así…Mi peluche se toca.
RV: Curioso, eso no lo había oído. ¿Qué tipo de peluche es?.
RyC: Un mono.
RV: ¿Un mandril?.
RyC: No estoy seguro, pero diría que no. Más bien parece un chimpancé.
RV: ¿Cómo se llama?.
RyC: Chonny.
RV: ¿Porqué?.
RyC: No sé, me lo dijo el. Creo que es porque le gustaba mucho la serie de jóvenes policías.
RV: ¿Usted le ha visto tocarse?
RyC: No, pero me lo ha contado mi otro peluche, Nicolás. Un elefante.
RV: ¿Africano o asiático?.
RyC: Africano.
RV: Entonces lo que dice es verdad.
RyC: Disculpe un momento, pero tengo una pregunta que quiero hacerle. ¿Estas sesiones son muy caras?.
RV: Si, mucho.
RyC: Vaya. ¿Y cuantas cree que necesitaremos?.
RV: No sabría decirle, acabamos de empezar. ¿Cuánto dinero tiene?.
RyC: No mucho. Soy un humilde informático.
RV: Eso puede complicar las cosas. No se puede temporizar el proceso curativo.
RyC: El tiempo que he estado en la salita esperando, ¿también forma parte de la cura?.
RV: Por supuesto.
RyC: Pero me ha tenido allí un cuarto de hora. Sus horas son de 45 minutos.
RV: Las autoescuelas llevan lustros haciendo eso y nadie se ha quejado nunca. Además, ¿sabe cuánto me cuestan las subscripciones a las revistas de numismática?.
RyC: No.
RV: Yo tampoco, se las robo a un anciano dos pisos mas abajo.
RyC: Le importaría volver a mi problema. No me está ayudando demasiado.
RV: Aparentemente no le estoy ayudando demasiado. Pero le aseguro que después de pagar la primera sesión se encontrará mucho mejor.
RyC: ¿Y eso porqué?.
RV: Porqué se dará cuenta que no puede pagar muchas más. Y no le quedará más remedio que encontrarse mejor.
RyC: Eso es lo que ha aprendido en todas esas universidades a las que ha ido.
RV: No, en realidad eso lo leí en la publicidad de un medicamento en una farmacia.
RyC